Eros/Cupido     Eros/Cupido     Eros/Cupido     Eros/Cupido     Eros/Cupido     Eros/Cupido    

 

    Según la Teogonía hesiódica, Eros  fue engendrado al mismo tiempo que Gea y salido directamente del Caos originario. En palabras de Hesíodo, es "el más hermoso de los dioses inmortales, afloja los miembros y de todos los dioses y hombres cautiva el corazón y la prudente voluntad de su pecho". La tradición más extendida considera a Eros hijo de Hermes y Afrodita. 

    Fueron los poetas los que dan a Eros/Cupido su aspecto definitivo y más difundido: se nos muestra como un niño alado que tiene por diversión intranquilizar los corazones de dioses y hombres, inflamándolos con sus antorchas o hiriéndolos con sus flechas.

Esa es la imagen que podemos observar en el cuadro de Parmigianino que tenemos a la izquierda.

    Hasta aquí lo que la tradición nos transmite a propósito del dios del Amor. La música rock, como no podía ser de otra manera, también da cabida en sus contenidos a diversos aspectos del dios Eros/Cupido, fundamentalmente cuando las canciones desarrollan historias amorosas, que es muy a menudo.

    Primeramente debemos notar la presencia de este dios, básicamente bajo el nombre latino de Cupido, en diversas canciones pertenecientes a la música soul, y al pop dulzón y juvenil de finales de los cincuenta y principios de los sesenta. Así, el tema "Cupid", compuesto por Sam Cooke e interpretado, entre otros, por el propio Cooke, Otis Redding o Sam & Dave, nos muestra a un Cupido travieso y armado con su arco y sus flechas, al que el afligido protagonista ruega que dirija sus armas contra su amada, para así ganar su favor:

"Cupid, draw back your bow
And let your arrow go
Straight to my lover's heart for me, for me
Cupid, please hear my cry
And let your arrow fly
Straight to my lover's heart for me"

Sam Cooke: "Cupid" (This is Sam Cooke, RCA, 1970)

    Un tópico recurrente y trillado en estas canciones de quinceañeros y colegiales consiste en que la muchacha de la que el joven se enamora ni siquiera sabe de la existencia de éste. De ahí las súplicas del infeliz enamorado y la gratificante recompensa que espera al dios si atiende a sus palabras:

"Now, I don't mean to bother you, but I'm in distress
There's danger of me losin' all of my happiness
For I love a girl that doesn't know I exist
And this you can fix, so ...
Now, Cupid, if your arrow make her love strong for me
I promise I will love her until eternity
I know, between the two of us, her heart we can steal
Help me if you will, so..."

Sam Cooke: "Cupid" (This is Sam Cooke, RCA, 1970).

    Como puede verse, las letras son simples, melosas y poco profundas. En esta línea cabe incluir también otras canciones de este mismo cariz, como las inefables "Flechas del amor" de Karina o la canción "Stupid Cupid", con música de Neil Sedaka y letras de Howard Greenfield, interpretada entre otros por el propio Sedaka o Connie Francis. La previsible asonancia del título sirve para anticiparnos que el contenido de la canción será más bien el desamor que el amor. Por lo demás, siempre se barajan los mismos contenidos: amor entre colegiales, malicia del dios, que no atiende a las súplicas del enamorado, Cupido con sus alas y sus flechas, etc.:

"Stupid Cupid, you're a real mean guy
I'd like to clip your wings so you can't fly
I'm in love and it's a cryin' shame
And I know that you're the one to blame
Hey, hey, set me free
Stupid Cupid, stop pickin' on me
Can't do my homework and I can't think straight
I meet him ev'ry mornin' 'bout a half past eight
I'm actin'like a lovesick fool
You even got me carry in his books to school"

Connie Francis: "Stupid Cupid" (Connie's greatest hits, Polygram, 1959).

    Además de la visión, evidentemente irónica, que Joaquín Sabina adopta en varias canciones de su disco Mentiras Piadosas ("A ti que te lo haces", "Pobre Cristina"), no queremos pasar por alto el tema "Sentimiento nuevo", de Franco Battiato. El original compositor italiano, haciendo gala de una base profundamente culta y poética en sus letras, nos habla -siempre con el amor como argumento- de Eros hecho palabra, del placer dionísiaco, del coro de Sirenas como imagen y símbolo de la atracción amorosa, etc. En suma, un enfoque culto y tremendamente personal del tema amoroso, pleno de ecos de civilizaciones antiguas, incluyendo por supuesto el mundo clásico a través de Eros y el placer de los sentidos:

"Es un sentimiento nuevo, que mantiene alta mi vida,
la pasión en la garganta, Eros que se hace palabra.
Todas tus inhibiciones no forman parte del sexo.
Los apetitos míticos, de cortesanas libias,
la posesión, las formas de amor pre-alejandrinas.
Y tu voz igual que el coro de las sirenas de Ulises me encadena.
Y es hermoso perderse en este milagro.
Y los músculos del cuerpo, prestos al acoplamiento,
en la patria de las geishas se abandonan a su fuerza.
Todas tus inhibiciones, el placer desencadenan.
El shivaísmo asiático, de estilo dionisíaco,
La lucha pornográfica de griegos y latinos.
Y tu cuerpo como un bálsamo en el desierto aún me cautiva".

Franco Battiato: "Sentimiento nuevo" (La voz de su amo, EMI, 1981).

   Entre las leyendas relativas a Eros/Cupido dentro de la literatura clásica, merece una especial atención la aventura que el dios mantiene con Psique, un relato que, entre otros, Apuleyo desarrolla en el libro V de su Asno de oro y que ha aparecido con frecuencia plasmado en pinturas y esculturas, como podemos ver. Según cuenta la leyenda, la hermosa Psique ahuyentaba a los pretendientes, por lo que su padre consultó el oráculo. La respuesta fue que ataviase a la joven como si fuese a contraer matrimonio y la situase en una roca, donde un monstruo al que no debería mirar la tomaría por esposa.

    El monstruo en cuestión no era sino el Amor, que la poseía cada noche y la abandonaba por la mañana. La felicidad de Psique despertó la envidia de sus hermanas, que taimadamente la animaron a ocultar una lámpara durante la noche para así poder contemplar a su amado. Al descubrir quién era realmente su bello esposo, éste cumplió la promesa que le había hecho, y desapareció para siempre jamás. Pero Eros no era capaz de vivir sin Psique, por lo que suplicó a Zeus que le permitiera casarse con ella, aunque era mortal. Zeus se lo concedió y así fue como Eros y Psique pudieron unirse.

   El cantante de estilo folk John Wesley Harding, que toma su nombre de un disco de Bob Dylan, recrea este cuento en su canción "Cupid and Psycho", en la que habla de los amores del dios del Amor. No faltan las alusiones a diversos matices presentes en la leyenda clásica, tales como la prohibición que Psique tiene de mirar a su amado, la pena que aflige a Cupido o la conveniencia de que ambos permanezcan eternamente separados:

"As I was out walking one night in the park
Cupid was out on the town in the dark
And I couldn't resist as I saw him walk by
So I asked him why he had a tear in his eye

He said "I'm an outlaw but my hands are clean
And I love this girl who won't look twice at me
I've made love work for others and now it's my turn
But these arrows are useless, they just crash and burn.

They're wide of the mark"

Cupid and Psycho, a couple much better apart
When Cupid's in love
It's Psycho left holding the darts
And it tears us apart
"

John Wesley Harding: "Cupid and Psycho" (John Wesley Harding’s New deal, Rhino, 1996).

    La presencia de Eros/Cupido en las letras de rock no termina aquí. De igual modo que son innumerables las canciones de tema amoroso, también lo son aquellas en que, ya sea de forma explícita, ya sea a través de alusiones a ciertos atributos del dios, como las flechas o las alas, hacen referencia al dios del Amor.